Asegura el lavado gracias a 4 calidades:
- El poder humectante: el agua jabonosa puede penetrar en los pequeños intersticios de la superficie en contacto (tela, piel, mesa, plato...) más eficazmente que el agua..;
- Poder emulsionante: los iones de carboxilato se aglutinan alrededor de la suciedad y penetran entre ella y la superficie en contacto hasta aislar la suciedad de esta superficie. Forman micelas que contienen pequeñas partículas de suciedad. Los iones de carboxilato tienen un final lipofílico y, por lo tanto, son particularmente eficaces contra las sustancias grasas;
- El poder dispersante: debido a las propiedades de los iones carboxilatos y a la estructura de las micelas, se repelen entre sí y, por lo tanto, se dispersan en agua jabonosa;
- Poder espumante: se forma una película de iones de carboxilato en la superficie del agua con baja tensión superficial. Agitando el agua jabonosa, las burbujas de aire pueden quedar atrapadas. La espuma no interviene como tal en el lavado sino que es un indicador de la tensión superficial del líquido y por lo tanto de su poder detergente.
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